“Siempre tienes la opción de no opinar al respecto. No hay necesidad de molestar tu alma por cosas que no puedes controlar. Esas cosas no están pidiéndote que las juzgues. Déjalas en paz.” – Marco Aurelio
En el bullicioso e interconectado mundo de hoy en día, surgen polémicas a cada instante sobre cualquier tema: desde asuntos importantes que pueden afectar al devenir de nuestras vidas, hasta cotilleos o chismes sobre los famosos, pasando por las controversias de la serie de moda.
Y casi se nos exige tener una opinión al respecto sobre cada una de las polémicas que surgen. Aunque lo peor es la visceralidad y la irracionalidad de la gente, porque están deseando convertirte en sus aliados (si opinas como ellos) o en sus enemigos (si osas opinar distinto).
Existe un clima de confrontación generalizado que se ha extendido en todos los aspectos de nuestra vida y en el que solo existen dos bandos “conmigo o contra mí”. La gente ha dejado la racionalidad y el espíritu crítico de lado para entregarse por completo a la opinión que más le convenga, y para atacar sin descanso a los que piensen lo contrario.
Es casi como las aficiones de dos equipos de fútbol rivales, enfrentadas sin remedio hasta el fin de los días, donde solo caben la emocionalidad y la irracionalidad.
Pero ¿y si te dijera que hay una forma de protegerse de esta atmósfera tan negativa, que además sea beneficiosa para tu paz mental? Efectivamente, me estoy refiriendo a seguir la reflexión que hizo Marco Aurelio y he referenciado al principio del artículo.
Dicha frase viene a decir que no tenemos por qué estar informados de todas las noticias que surjan a diario y mucho menos esforzarnos a emitir una opinión.
Te levantas temprano, vas a clase o al trabajo, al volver a casa tienes que hacer la compra, recoger a los niños del colegio o quedar con tus compañeros de clase para realizar una presentación. Y cuando acabas todo eso, apenas tienes tiempo para ti, para desconectar y hacer lo que tú quieres hacer.
Por tanto, te pregunto ¿quieres pasar las 2 o 3 horas libres que tienes al día, perdiendo el tiempo con noticias sin importancia y preocupándote por emitir una opinión sobre ello? Ah claro, y publicándola en las RRSS, porque es crucial que le hagas saber a los demás tu postura sobre el nuevo escándalo que ha sacudido al famoso de turno.
Sinceramente, yo creo que no merece la pena perder el poco tiempo que tenemos de esa forma.
En el trabajo o en clase te mirarán raro cuando te pregunten por tu opinión sobre la polémica actual y tú les digas “no tengo opinión” o “me da igual”. Y te mirarán más raro todavía si tu respuesta es “no lo sé, no me he enterado”.
Pero a cambio ganarás:
- Paz mental: por no tener que informarte cada día y tener que emitir una opinión.
- Desconexión: ese poco tiempo que tienes libre cada día, podrás dedicarlo a lo que te gusta.
- Relaciones sociales más sanas: tu círculo social dejará de preguntarte por las polémicas del día a día porque se darán cuenta de que no te interesan. O incluso encontrarás a más gente como tú a la que no le importen esas tonterías.
Por todo lo anterior, mi consejo es que te centres en lo que a ti te gusta y no pierdas el tiempo con el torrente inagotable de noticias que surgen todos los días. Si algo es realmente importante, ya te acabarás enterando de una u otra forma, no te preocupes.
Ese es el deber ser.
Evitar a toda costa ka polarización y más en temas en lo que la opinión de uno poco importa.